Bluesky Social, una red social descentralizada, lanza su cliente como software libre.
Bluesky Social, una red social descentralizada, lanza su cliente como software libre.

El interés público por las alternativas a la red social de microblogging ha aumentado tras la adquisición de Twitter por parte de Elon Musk. Una de las plataformas que destaca es Mastodon, pero recientemente ha surgido otra opción llamada Bluesky Social, una Sociedad de Beneficio e Interés Común con Jack Dorsey, exCEO de Twitter, como miembro de su junta directiva.

Bluesky Social es una red social descentralizada en fase beta que ha dado un gran paso al publicar su software de cliente como código abierto en GitHub bajo la licencia MIT, lo que permite a cualquier programador modificiar y bifurcar su código fuente para su aplicación. La aplicación ha sido desarrollada con React Native y se enfoca en dispositivos Android e iOS.

Además, el código fuente también es un recurso para programadores del protocolo AT, impulsado por Bluesky, que soporta una red social descentralizada y permite a los usuarios conectarse con cualquier persona en un servidor compatible con AT, controlar cómo ven el mundo a través de un mercado de algoritmos abiertos y cambiar de host sin perder su contenido, seguidores e identidad.

Las bifurcaciones del código fuente deben cumplir con algunas condiciones, como eliminar cualquier referencia a Bluesky en su código fuente y en la interfaz de usuario, y cambiar todos los enlaces de soporte por los de la responsable de la bifurcación.

En comparación con Twitter, Bluesky Social se asemeja más a Mastodon y su enfoque descentralizado. Sin embargo, queda por ver cómo funcionará cuando se lance oficialmente como un servicio estable. Aunque actualmente Twitter ofrece su algoritmo como código abierto, su API es de pago y obliga a los desarrolladores de aplicaciones de terceros a pagar para acceder a esta red social.

En conclusión, la propuesta de Bluesky Social parece atractiva y ajustada a los principios del software libre y código abierto, aunque el mercado de consumo de masas rara vez es meritocrático y Twitter no ha dejado un espacio tan grande como algunos creen.